- Un estudio de la Escuela de Enfermería de Johns Hopkins sobre la violencia de la pareja muestran que las víctimas embarazadas vieron una reducción significativa en la exposición a tales actos después de participar en el Programa de visitas domiciliarias para la prevención de la violencia doméstica en el embarazo (DOVE = Domestic Violence Enhanced Home Visitation Program).
Phyllis Sharps, decana de programas comununitarios e iniciativas en la Escuela de Enfermería Johns Hopkins (JHSON) desarrolló, junto con con investigadores de la Universidad de Virginia, un cuestionario para la intervención basado en el empoderamiento de las victimas.
El estudio se realizó con 239 mujeres embarazadas de 14 años o más, con menos de 32 semanas de gestación, inscritas en un programa de visitas domiciliarias perinatales. Durante el ensayo, todas las mujeres recibieron el protocolo estándar – 4-6 visitas con una enfermera o trabajador/a social de salud durante el embarazo y 6-12 visitas hasta dos años después del parto – y aproximadamente la mitad de las mujeres también recibieron la intervención de DOVE.
A través de DOVE, las mujeres trabajaron con una enfermera o trabajador/a social de salud para tratar sobre el ciclo de violencia, hacer la Evaluación de Peligro, que ayuda a sopesar su riesgo de homicidio doméstico, y revisar la información de planificación de seguridad. Como resultado, las mujeres en el grupo de intervención de DOVE experimentaron un promedio de 20-30 casos menos de violencia en comparación con los no participantes. Algunas de las mujeres se sintieron empoderadas para dejar a sus abusadores, y aquellas que permanecíeron en sus relaciones experimentaron significativamente menos violencia y una mejor capacidad para hacer frente.
En los Estados Unidos, alrededor del cuatro por ciento de las mujeres experimentan violencia de pareja durante el embarazo, pero ese número aumenta significativamente hasta casi el 30 por ciento entre las mujeres solteras de bajos ingresos. Sharps dice que la intervención es clave para ayudar a este grupo demográfico, según ha demostrado este estudio, uno de los pocos que ha puesto de manifiesto una relación entre la intervención preventiva y la reducción de la violencia contra las mujeres embarazadas. «La detección de violencia doméstica entre mujeres embarazadas no se hace de forma rutinaria y, sin embargo, los efectos adversos en la madre y el bebé nos dicen que es muy necesaria.» Los bebés de madres que experimentan violencia tienen más probabilidades de nacer prematuramente, con bajo peso y de sufrir efectos adversos, tanto cognitivamente como emocionalmente, a medida que crecen. Esto no es algo que podemos pasar por alto.«
«Las mujeres que participaron en el estudio reportaron una mejora en la calidad de vida hasta dos años después del parto, por lo que la reducción prolongada de la violencia es especialmente importante para este estudio», dice Sharps. «El enfoque de DOVE consiste en capacitar a las mujeres y darles los recursos que necesitan para tomar sus propias decisiones con respecto a la seguridad, y una vez que tienen esas herramientas, pueden seguir usándolas y encontrar maneras de mejorar su situación».
La siguiente fase del estudio examinará el uso de dispositivos de pantalla táctil para examinar la violencia y determinar si eso proporciona un método aún más eficaz para que las mujeres se abran sobre sus experiencias.
Con el financiamiento de los Institutos Nacionales de Salud, el programa fue probado por primera vez en Missouri, Virginia y Baltimore City, y ya ha sido adoptado en varios departamentos de salud de Missouri. El Comité de Revisión de Mortalidad por Violencia Doméstica de Maryland recomienda la implementación con el Departamento de Salud e Higiene Mental, y la DOVE ha sido integradaa nivel nacional en el currículo de Padres Como Maestros. Sharps y Linda Bullock, co-investigadora del estudio, están haciendo viajes a Capitol Hill para abogar por su expansión continua. La DOVE fue administrada entre 2006 y 2012; Los datos se analizaron entre 2012 y 2016.